Metas que valen la pena
Este domingo me pasó una cosa impresionante: Estaba en misa, de pie, atrás del todo. De repente, empiezo a escuchar pasos por detrás de mi. Eran... peculiares. Eran pasos cortos pero rápidos.
Entonces miro hacia atrás, y para mi sorpresa, me encuentro a un anciano con bastón y con la mirada al frente. Estaba cansado, agotado después de una terrible caminata para llegar a la iglesia. Me fijé en sus ojos: era feliz. Pero esta sencilla escena duró poco.
Pude ver cómo una anciana se acercaba a él, con prisa. Debía ser su mujer que repetidas veces le iba dando patadas como si no quisiera que llegase a su meta.
Tampoco eran patadas fuertes, pero sí se podrían denominar ``pataditas´´.
Entonces el anciano, la miró con cansancio, resopló y empezó a andar más rápido. Conforme se iba acercando al altar, la anciana iba mas despacio. Entonces llegó al primer banco y se puso de rodillas.
Al salir de misa, me enteré, que el día anterior, se había caído subiendo las escaleras del presbiterio.
Esta escena me hizo pensar: Aún quedan personas heroicas que son capaces de luchar contra tremendas dificultades para conseguir lo que verdaderamente les importa.
¿Eres tú uno de ellos?
Juan S.
No hay comentarios:
Publicar un comentario