Seguro que más de una vez un amigo os ha propuesto un chiste, y al empezar a contarlo lo paráis diciendo: ``Este ya me lo sé´´. Es algo bastante habitual, no solemos tener un amplio repertorio de bromas. Además, solemos contar los chistes en un mismo grupo social, por lo que con contarlo una o dos veces basta.
Sin embargo, seguro que en algún momento de vuestra vida se os ha pasado por la mente la siguiente pregunta: ``Los chistes... ¿quién los inventa?´´. Esta es una pregunta de difícil respuesta, por no llamarla imposible. Si fuéramos preguntando a todas las personas, es obvio que llegaríamos a la respuesta. Alguien ha tenido que inventarlo, no puede haber surgido de la nada.Muchos ya os habréis dado cuenta de que esto no es más que otra analogía de la causa incausada, ese tema de metafísica que estamos dando en filosofía. Aun así, no sirve para explicarla perfectamente bien, puesto que la única causa incausada se produjo al principio de todo. La persona que inventó el chiste proviene de otra causa, y así sucesivamente.
Sin embargo me parece una analogía más fácil de comprender que trenes sin fin o un aula llena de miles de alumnos, puesto que como ya he dicho, seguro que nos hemos planteado esta pregunta alguna vez.
Fernando V.
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