El otro día me ocurrió una de esas cosas que a todo el mundo le ha pasado alguna vez. Estaba ensayando con mi grupo de música, cuando vino a vernos un amigo que es músico, con otras cuatro personas. Nosotros empezamos a tocarles una serie de temas. Se les veía muy contentos observando, como si fuésemos extraterrestres y lo que hiciésemos fuese algo nunca visto. A todo esto, uno de esos cuatro personajes se empezó a interesar con lo que oía y empezó a hablar con nosotros. Poco a poco veíamos que el tío algo entendía de música. Fue en ese momento cuando pensé: "¡que guay un viejo de estos entiende de música a parte del músico!".
Tras todo esto, continuamos hablando y tocando hasta que le dije: "oye, pues entiendes de música, ¿te gusta?". Fue entonces cuando, un poco asombrado- y a la vez un poco indignado-, me contestó que se dedicaba a la música. Pensé que sería el típico loco y le pregunte qué hacía exactamente en la música. Cuando me contestó que componía para anuncios y para artistas famosos, y me dijo que el último con el que había trabajado había sido Paulina Rubio, pasó de ser un loco a un genio para mí.
Describo esto porque es el típico momento incomodo que a todo el mundo le a pasado alguna vez.
Pepe R
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