lunes, 18 de marzo de 2013

Chupilandia

Chupilandia

Imagínate un lugar en el que las personas fuesen siempre amables y agradecidas. Un mundo en el que todos compartiesen con todos. En este sitio hay millones y millones de cosas inimaginables: desde políticos honestos que luchan por su país (y no por su bolsillo) hasta empresarios que, en vez de ponerse la zancadilla unos a otros, se ayudan mutuamente en busca de un fin común. Un mundo en el que no existe la pobreza porque los ricos siempre ayudan a los que más lo necesitan. ¿Acaso no sería precioso vivir en un lugar como este?

Chupilandia. El reino de la Fantasía. Disneyland. Como tú prefieras llamarlo. Lo único malo es... Que este sitio es una utopía y no existe. A decir verdad, lo que hace que sea completamente irrealizable es el orgullo. Es ese querer quedar siempre por encima de los demás a pesar de no tener la razón. También es ese "no te pienso ayudar" tan solo porque has discutido con tu amigo y os habéis enfadado.

Piensa qué pasaría en nuestro planeta si la gente fuese capaz de reconocer sus errores para tratar de progresar. En otras palabras, saber decir un "pues me da que la he cagado" a tiempo, corrigiendo el fallo cometido. Es perfectamente posible que esas personas, tras admitir su equivocación, pidiesen perdón a aquellos a los que han molestado, gritado, ofendido... (Dato curioso: hay tantos verbos de este estilo que la lista podría ser casi infinita... Pero, también hay millones de verbos con un valor positivo: ayudado, amado, apoyado... ¿Con cuáles te quedas, malos o buenos?)

No obstante, es absurdo pensar que esto vaya a ocurrir. Pero... ¿absurdo porque "no se puede", o porque "no se quiere"? ¿Qué sucedería si cada uno pusiésemos nuestro pequeño granito de arena y fuésemos capaces de asumir cada uno de nuestros errores? Obviamente, nuestra mera aportación no va a cambiar el mundo. Pero ¿cambiará NUESTRO mundo? Es decir, ¿ayudará ese cambio en nuestro comportamiento a hacer la vida más fácil a la gente que nos rodea, a nuestros padres, a nuestros amigos, a nuestros colegas, a nuestros compañeros de estudios/trabajo?

Te aconsejo que lo pienses, y si realmente crees que una nueva actitud puede facilitar la existencia a los demás... La decisión es tuya.
El orgullo engendra al tirano. El orgullo, cuando inútilmente ha llegado a acumular imprudencias y excesos, remontándose sobre el más alto pináculo, se precipita en un abismo de males, del que no hay posibilidad de salir.  Sócrates



SE PUEDE TENER POR COMPAÑERA A LA FANTASÍA, PERO SE DEBE TENER COMO GUÍA A LA RAZÓN. SAMUEL JOHNSON.
Jorge G.

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