lunes, 18 de marzo de 2013

El principito

El principito

Llovía toda la noche, de esas noches en las que no había nadie en las calles, algún que otro vagabundo, unas jóvenes riéndose para no salir del paraguas y esas bolsas de plástico que pasean como si fuese el desierto.

Entonces una gran luz apareció, ¿Quién será?, no, no era el principito, eran las luces del coche de Miriam, hoy llegaba tarde a casa, un día más que no veía a sus hijos, pues ya estarían dormidos.

Cariño, ya he llegado a casa- dijo Miriam.

No se escuchaba nada, estaba toda la casa oscura excepto una luz a final del pasillo. Ella se dirigió a apagarla. Cuando la apagó, apareció una gran luz.

¿Don Limpio?-pregunté.

No, soy el principito, dijo un joven niño, que a mi gusto era un tanto peculiar.

¡Fuera de mi casa! , dije sin pensarlo.

No soy malo - dijo el joven.

Yo no sé si serás bueno o malo pero ¡largo!.

El principito sonrió, entonces dijo, tus hijos están dormidos y tu marido está arriba leyendo un libro.
Gracias por cuidar de ellos, dije conmocionada.

Se encendió una luz en las escaleras.

¿Cariño con quien hablas?, dijo el marido mientras bajaba.

Con el principito, dije muy dispuesta.

El marido la abrazó, mientras le decía, juntos superaremos todas tus imaginaciones, mientras ella sollozaba y le decía, le gusta preguntar y contrariarme.

Javier L.

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