martes, 19 de marzo de 2013

La recompensa

La recompensa

Esta mañana he visto un anuncio escrito sobre un folio que decía más o menos así:

“Se busca I-Phone 5 con carcasa plateada”. Recompenso con: 250 euros. Llamar al tf. Xxxxxxxxxxx”

Mi primera reacción al leerlo fue: vaya, no tendré yo la suerte de encontrarlo; ¡qué bien me vendrían los 250 euros! Pero enseguida me entristeció el pensar que mi primera reacción fuera esa. Supongo que el que perdió el I-phone, a la hora de ofrecer la recompensa, pensaría no solo en el valor de reposición del mismo, sino en el trastorno que la pérdida le habría ocasionado: contactos, notas en la agenda, e-mails, etc. E incluso en pérdidas que son más que un trastorno pues no son reparables; fotos o vídeos familiares que si se pierden ya no se pueden repetir.

¿Si yo encontrara ese I-phone aceptaría la recompensa?, ¿no haría lo realmente honesto que es devolverlo sin pedir nada a cambio?, ¿qué tiene más valor, la satisfacción de obrar bien o 250 euros?, ¿voy a poner yo precio a mi honestidad?, ¿no hay ya nada gratis?

Aunque la persona que perdió el I-phone debe por desgracia pensar así, yo prefiero creer que todavía hay mucha gente que no esta en venta, que es capaz de obrar bien sin esperar una recompensa, y a mi me gustaría pertenecer a ese grupo de gente, por pequeño que éste sea.

Miguel G.

No hay comentarios:

Publicar un comentario