lunes, 18 de marzo de 2013

Una madre...

Una madre...

¿Quién no quisiera una madre? Una madre que ama, una madre que cuida, una madre que quiere, una madre que da cariño, una madre que no abandona. Una madre que no se agota, que nunca deja de luchar, de superar sus batallas, de aguantar a sus "críos", de embestir la vida. La dulce batalla que es la vida, la vida del día a día, la vida del trabajo, la vida de la familia, la vida...

Una madre...

¿Quién no quisiera una madre? Una madre de valor, una madre de esperanza, una madre de fe, una madre de voluntad, una madre de sacrificio; porque una madre es un amor, y un amor un sacrificio. Mientras el padre coge el timón, la madre es la corriente, el viento que llena las velas, la fuerza que impulsa, la que lleva el rumbo de la nave, aunque no nos demos cuenta, es ella la que escoge la dirección. La madre es la reina de la familia, la reina de la paciencia, la reina del amor. Es la que da valor y arrojo para sus hijos, día a día, y que así ellos también luchen por la familia, por el amor...

Una madre...

¿Quién no quisiera una madre? Una madre alegre, positiva, pura, mediadora, observadora, una madre piadosa. Una madre compasiva, de gran corazón. Una madre sonriente, que contagie la alegría día a día. Una madre que ofrezca todo por sus hijos, por su marido, por el futuro. Porque una madre nunca mira atrás, una madre nunca deja de descansar, una madre sigue, vela por su familia. Una madre...es una madre. "Solo pueden los que creen que pueden", una madre cree que puede, una madre puede.

Una madre...

¿Quién no quisiera una madre?

Óscar S.

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