La noticia de que el Papa decidía renunciar voluntariamente a la Silla de San Pedro nos cogió a todos por sorpresa. ¿Cómo puede ser esto? ¿Un Papa no debe "morir con las botas puestas"? ¿No es un comportamiento irresponsable en un momento tan delicado de la Sociedad y de la Iglesia Católica? ¿Cómo se puede adoptar una postura tan distinta a la de nuestro querido Papa Juan Pablo II que decidió sacrificarse hasta el final? Es curioso, cualquiera, incluso los no católicos, nos hemos atrevido a cuestionar la decisión del Papa. ¿De verdad estamos en disposición de hacerlo? Creo que no, de hecho me parece una actitud mala, inmadura y egoísta El Papa es nuestro Padre espiritual, y si ha decidido, después de rezarlo y reflexionarlo como sólo este Papa sabe hacerlo, que ésta es la mejor solución para la Iglesia, debemos respetarla y darle todo nuestro apoyo.¿Por qué nos cuestionamos tanto las decisiones de nuestra Iglesia? ¿Por qué no somos capaces de aceptar con amor y confianza lo que a veces parecen "renglones torcidos de Dios"? Yo veo en la decisión de nuestro Papa una actitud generosa, valiente y humilde. Menuda lección nos vuelve a dar nuestro Papa, el mismo Papa que nos hizo vibrar a todos en la JMJ hace tan sólo 18 meses y que fue capaz de generar una unión tan potente con nosotros, los jóvenes, a pesar de la enorme diferencia de edad. Seguro que será lo mejor para la Iglesia, al fin y al cabo quien realmente dirige nuestra Iglesia es el propio Jesucristo, y si el Papa ha optado por esta vía seguro que lo ha hecho iluminado por el Espíritu Santo.
Muchas gracias Santo Padre.
Pepe del R.
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