sábado, 23 de febrero de 2013

¿Amigos?

¿Amigos?

No lo sé. Hoy el día iba bien: el examen de Historia mejor de lo que me esperaba, alguna pelea con mi hermano, como de costumbre... Tenía pendiente una conversación con un amigo sobre un tema personal, la he solucionado, y me he puesto a hacer los deberes.Y entonces todo empieza a decaer, mi hermana me llama para que coja el teléfono. Era otro amigo, que había hablado con el primero y había escuchado todo lo que no me había querido decir. No os cuento lo que era por intimidad, pero os aseguro que os envidio por no estar en mi situación. Conforme pasaba la conversación en el teléfono, perdía la atención y dejaba de escucharle. Me había dejado completamente "rayado"-no porque suene bonito, pero sabed que las palabras no ayudan del todo a describir lo que siento-.

Y aquí me veo, deprimido, contándole mis penas a una pantalla, o quizás al mundo. Con el objeto de conseguir unas décimas en filosofía, o quizás de desahogarme. Había escuchado los consejos de mi profesor, cuando me decía que escribiera en estado de ira, o en mi caso, reflexivo.

Sinceramente, tengo la sensación de que aún falta algo para completar el objeto de la entrada, y creo que sé lo que es: Una satisfacción propia, también complicada de describir, que todavía no he conseguido, pero será cuestión de tiempo.

Lo cierto es que, así contado, la entrada parece muy insulsa. Quedaría bonito que acabara con una decisión heroica que haya tomado, pero sería ficticia así que me ahorro las palabras. Sin embargo, me atrevo a decir, sin miedo a equivocarme, que "amigo" es una de las palabras más utilizadas, pero menos conocidas.

Jacobo V.

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