domingo, 10 de febrero de 2013

Infancia.

Infancia.

La infancia, qué tiempo tan bonito en el que las niñas no te importaban, es más, te daban repelús. Un tiempo tan feliz en el que el colegio era un lugar al que ibas siempre con mucha ilusión para ver a todos los de tu clase.  Un tiempo en el que te daba igual si un niño era alto, bajo, delgado... Les tratabas a todos por igual y no había grupitos. Cuando cada juego era un juego inventado y que nunca se volvía a repetir. Cuando todo se curaba con un sana sana culito de rana... Y si te decían algo que te ofendía tenias dos maneras de ganar la discusión, podías decir: -¡TÚ MÁS!- o sino - ¡El que lo dice lo es con el culo del revés!

Un tiempo tan feliz en el que te creías el más malote haciendo un "pío pío" con palabrotas. Era un época en la que te dormías en el sofá y despertabas por la mañana en la cama arropadito. En el que tu mamá era para ti una súper heroína que lo podía hacer todo, ya fuera cocinar, arreglarte el pantalón, ayudarte con los deberes, etc. Cuando eras niño te creías el más popular del mundo invitando a más de dos amigos a tu casa. Además cuando un mayor del cole te quitaba la pelota ibais todos a por él. Un tiempo en el que cuando tenias miedo o te pasaba algo todo se iba cuando estabas entre los brazos de tu padre todopoderoso. No sé vosotros, pero yo la echo de menos.

Luis M.

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