sábado, 23 de febrero de 2013

¡Gracias por todo Benedicto!

¡Gracias por todo Benedicto!

Todavía recuerdo un día, hace dos veranos, en el que estaba rodeado de dos millones de jóvenes, blancos, negros, chinos, australianos, americanos… estábamos al aire libre. Llegó la oscuridad a donde estábamos. El tiempo cambió y comenzó una tormenta, acompañada por una intensa lluvia que por momentos nos hizo vacilar. Empezó a llover, a tronar, pero nadie quería irse. Cantábamos, reíamos y gritábamos animando al Papa. Nos apoyábamos para aguantar esa tormenta. Se llenó todo de barro y no había protección contra la lluvia, y en cambio ahí estábamos todos firmes y alegres, porque habíamos ido a ver a alguien que nos motivó para comernos el mundo, para luchar por ser mejores.


Sí, yo soy de esa juventud del Papa. De esa juventud que coreaba el nombre de Benedicto XVI por las calles de Madrid y en Cuatro Vientos hace dos veranos. De esa juventud por la que un hombre de 83 años aguantó mas de 40 grados y un vendaval de aire y lluvia. De esa juventud a quien el Papa enseñó que igual que aquella noche resistimos bajo la lluvia, con Cristo podríamos también superar todos los obstáculos de la vida. Soy de esa juventud en la que el Papa confía, a la que pide que esté siempre alegre y que dé testimonio en todas las circunstancias. Soy de esa juventud que hoy ve como su Papa, sin fuerzas por su avanzada edad, humildemente ha dejado paso a su sucesor para guiar a la Iglesia de Cristo. Sí, soy de esa juventud que debe de agradecer a Benedicto XVI todo lo que le ha enseñado, no solo a través de sus palabras, sino también con su ejemplo de entrega aún en las dificultades. Hoy es el día para dar gracias a Dios por Joseph Ratzinger, porque un día lo eligió y lo puso a nuestro servicio. Hoy es el día de rezar por él, de rezar por nuestro futuro Papa y de rezar por la Iglesia de Cristo. ¡Esta es la juventud del Papa y esta es la juventud de la Iglesia!



Gonzalo V.

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