sábado, 23 de febrero de 2013

El principito

El principito

CAPÍTULO XXVIII

Nuestro querido principito, acudió a un último planeta, muy distinto de todos aquellos en los que había estado. En este planeta, el suelo era el cielo y el cielo era el suelo. La gente que allí habitaba, andaba con la cabeza y no con los pies, y las copas de los árboles estaban estancadas en el suelo, mientras que las raíces se movían azotadas por el fuerte viento.

El principito se dio cuenta de  que este planeta era conocido como: "el planeta de las cosas al revés". El principito, intrigado, le preguntó al campesino más pobre, dueño del planeta, si sería capaz de plantarle en el suelo (cielo) y hacer que su amada flor despegara de él.


El principito, deseaba ser amado por la flor que él tanto amó, así que el dueño del planeta le concedió su deseo.

Era de noche en "el planeta de las cosas al revés". Nuestro protagonista, tiritando de frío,  vio  a su querida planta caminando a lo lejos y automáticamente se le dibujó una sonrisa en la cara.
La planta, se fue acercando cada vez más  hasta estar prácticamente juntos, y cuándo el principito se dirigía a pedirle si le podía proteger del frío, esta se dio media vuelta, demostrando así su maldad. 

El principito se sumió en una fuerte depresión, pero su amor por su flor vivió para siempre. Se cuenta que la flor falleció comida por una hormiga (en el planeta de las cosas al revés) y que el principito sigue estando plantado en dicho planeta, plantado físicamente y plantado sentimentalmente.

Ignacio R-T

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