sábado, 23 de febrero de 2013

Mi sueño

Mi sueño

De pequeño yo acostumbraba a leer muchos libros. De hecho, sigo haciéndolo, sólo que ahora el tiempo que me queda para leer es muchísimo más reducido que hace diez años. Aún así, saco tiempo de donde sea para leer unas paginillas: antes de dormir, en la ruta, en los trayectos en el coche, después de estudiar... Cualquier minuto que me sirva para leer unas cuantas líneas de mis novelas favoritas es un minuto aprovechado.

Volvamos al pasado. Mis padres observaban cómo iba devorando libro tras libro, y los primeros años parecían encantados con esta afición. Mi madre siempre me compraba libros, especialmente novelas de aventuras, mi género favorito en esa época. Sin embargo, empezaron a ver cómo mi rendimiento escolar descendía, porque yo me dedicaba a pasar las tardes enteras leyendo y leyendo. Fue ahí cuando empezaron a castigarme prohibiéndome la lectura (probablemente a vosotros no os hubiera afectado mucho, para mí fue especialmente doloroso).

O sea que ahí estaba yo, aburrido, obligado a estudiar las tediosas matemáticas. Una tarde me aburría demasiado y estaba "mirando a las musarañas". Fue entonces cuando descubrí una caja de cartón en la parte alta de mi estantería. En ella estaban muy bien encajonados cinco libros. Me subí a mi mesa de estudio y la cojí. Se trataba de una colección de libros escritos por J.R.R Tolkien, concretamente la trilogía de El Señor de los Anillos, El Hobbit y el Silmarillion. Recordé que mi padre me los había comprado porque se habían puesto de moda gracias a las estupendas películas que tantos premios recibieron. Pero yo era muy pequeño cuando sucedió el fenómeno, y ver esa letra tan pequeña me intimidaba mucho, osea que los deje olvidados muchos años. Hasta ese día.

Como no tenía nada mejor que hacer, empece a leer el primero de la trilogía, la Comunidad del Anillo. Rápidamente quedé atrapado por todo el universo Tolkien. Arriesgándome a un castigo mayor, decidí sacar el libro de contrabando ocultándolo en el interior de mi mochila. Leía en el colegio todo lo que podía, puesto que al llegar a casa llevar un libro que no fuera de estudio en la mano era bastante peligroso. Me encerraba en mi habitación y me dejaba llevar por todas las historias de elfos, magos y orcos. Repetí el mismo proceso con el resto de libros de la cajita, hasta que en poco menos de un mes acabé con todos.

Recuerdo especialmente los momentos finales de la trilogía. Frodo estaba apunto de llegar al Monte del Destino para destruir el Anillo y acabar con todo. Las cosas se complicaron, pero al final Frodo cumple con su deber y logra su objetivo. En ese momento, y a pesar de que aún me quedaba lectura, decidí cerrar el libro. Estaba emocionado. Todo lo malo que le había pasado al pobre hobbit, todo el sufrimiento que pasa hasta lograr su cometido... Aún me cuesta asimilarlo. Fue ahí cuando descubrí mi sueño, mi objetivo.

Quería ser escritor.

Hoy, cuando digo a las personas que quiero escribir una novela, no se muestran muy sorprendidas. "Con lo que tu lees, ser otra cosa sería un desperdicio" me dicen. Pero es mucho más que eso. ¿Qué por qué quiero ser escritor? Pues por ese momento que he relatado. La gente de hoy en día piensa que solo se pueden provocar sentimientos de manera artística con el cine y la música. Y ahí están en un grave error. Me repetiré la misma pregunta ¿Por qué quiero ser escritor? Para provocar sentimientos en la gente. Ira, tristeza, melancolía, alegría... Para hacer sentir a la gente. Quiero ser capaz de transmitir estos sentimientos a cualquier persona, sea un adulto asfixiado por el trabajo, una anciana solitaria o un chiquillo de diez años que lee oculto bajo las sábanas con una linterna para que sus padres no le castiguen.

Querido lector, si has llegado hasta aquí debo agradecértelo, sé que ha sido más larga que mis anteriores entradas. Pero en esta entrada os he querido decir cuál es mi sueño, y eso no se puede explicar brevemente.

Ahora te pregunto: ¿Tienes un sueño?. Si lo tienes, no necesitarás que te diga nada. Y si aún no sabes que vas a hacer con tu vida que no te quepa duda, lo sabrás tarde o temprano. Una vez tengas el objetivo entre ceja y ceja, ve a por él. Sueña, es lo más importante del mundo, y uno de los mayores regalos que tiene el ser humano.

              "Nuestros sueños son nuestra única vida real" - Federico Fellini

Fernando V.

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